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Un nuevo centro de negocios

Este lunes 13 de febrero de 2023, en nuestra incesante agenda de eventos corporativos, CATERING DOMENICO ha sido testigo de la inauguración del nuevo edificio para CBRE y centro de Banca Privada para BANKINTER, en sus nuevas oficinas en Paseo de la Castellana, 62.

Tras la visita de los invitados a la nueva sede de banca privada para la entidad bancaria, se ha ofrecido a los allí presentes, un Cóctel reforzado con varias de nuestras nuevas referencias en carta de cócteles. Catering Domenico, fortalece así lazos con sus principales clientes corporativos, en el corazón neurálgico y financiero de la capital.

Incrementamos aún más si cabe, nuestra atención a todos los principales Properties que se dan cita en una de las principales arterias empresariales de Madrid Capital.

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11 curiosidades de "La Castellana" ...

1. LA CHICA DE CASTILLA QUE NUNCA FUE

2. EL PASEO Y LOS CARGOS POLÍTICOS

Aunque hoy se la conozca como tal, la Castellana ha sido rebautizada hasta en cinco ocasiones en sus dos siglos de Historia. El ser sinónimo del progreso y del crecimiento orgulloso y económico de la Capital del Estado la convirtió en un imán para aspiraciones y egocentrismos. Su primer nombre oficial sirvió para hacerle la pelota a la futura Isabel II con nombres como el paseo de Isabel II o, para más pomposidad, paseo de las Delicias de la Princesa. Con el siglo XX se le cambió el nombre. Primero, fue llamado junto al resto del eje Prado-Recoletos, avenida de la Libertad. Con la victoria del Frente Popular en 1936, la vía pasó a llamarse Avenida de la Unión Proletaria. Como era presumible, Franco, tras su victoria, la rebautizó con ese egomaníaco nombre de Avenida del Generalísimo.

3. Y SIN EMBARGO, NO ES TAN LARGO

Pese a que su inclinación le hace parecer infinita, esta calle no es la más extensa de la ciudad. Sus 265 números de portales y 5,8 kilómetros son una ridiculez comparados con los 10,5 kilómetros y más de 600 portales de la calle Alcalá o con los más de 320 portales de Bravo Murillo (aunque ésta no es tan larga en extensión). Dentro del conjunto de España tampoco brilla, situándose en el puesto número 20.
 

4. TIENE UN MUSEO EN SU ACERA

La construcción del puente de Juan Bravo en los años 70 rompió la vista limpia del paseo y generó una especie de sentimiento de culpabilidad en los dirigentes. Para paliar el daño estético, decidieron levantar el Museo de Escultura al Aire Libre, hoy renombrado como Museo de Arte Público. Situadas bajo el frío vano del puente, se pueden encontrar obras de Chillida, Julio González o Joan Miró. Será por su localización o por el deterioro urbano, el caso es que el este espacio no se interpreta como un museo ni su colección es admirada más que por algún japonés despistado. Al final llevaba razón Duchamp…

5. Y SUS GORDAS DE BOTERO

Pero el bagaje artístico-callejero no acaba aquí. Dos esculturas del popular artista colombiano Fernando Botero acompañan al Paseo. La primera se encuentra en su nacimiento, justo en la Plaza de Colón, donde sigue recostada la Mujer con espejo, un regalo que su autor hizo a la ciudad tras la gran acogida que recibió una exposición suya en 1994. La segunda es La mano, que emerge voluptuosa en la Plaza de San Juan de la Cruz.

6. MÁS ARTE

Lo tiene, por ejemplo, el Palacio de Congresos, con todo un friso diseñado por Joan Miró implementado por el ceramista Llorens Artigas. O el obelisco que preside la Plaza de Castilla, obra del polémico y efectista Santiago Calatrava.

7. SUS CUATRO MANHATTANS

No hay rascacielos que se precie que no esté a orillas de esta arteria. Y es que Madrid, en ese quiero y no puedo tan encantador en el que se mueve, no solo tiene uno, sino cuatro centros de negocios con los que atraer las divisas. Y los cuatro sobre los huesos de la Castellana. El primero son las (jaja) torres gemelas de Colón, nada más comenzar la calle. Luego aparece AZCA, aquello que alguna ve fue moderno y que hoy mantiene el tipo con su resplandeciente Torre Picasso, con la BBVA (magnífica obra de Sáenz de Oiza) y Torre Europa. Allá en lo alto aparecen las terceras, las torres KIO, el verdadero icono del Madrid contemporáneo. Y al final, justo antes de desvanecerse (porque esta calle no se acaba, directamente se desvanece, se envilece y se asilvestra) aparecen los titanes de las Cuatro Torres, esos punzones tan instagrameros que vigilan la ciudad y nos defienden de los rayos.
 

8. LA SOLITARIA TORRE GEMELA

La Torre Picasso sigue siendo el rascacielos más elegante de la ciudad. El que en su día fue el techo de Madrid fue proyectado por Minoru Yamasaki y fue inaugurada en 1988, dos años después de la muerte de su autor. Muchos de los expertos calificaron esta obra como una versión mejorada de las Torres Gemelas, diseñadas también por este arquitecto estadounidense de origen japonés. Por eso, tras el desastre del 11-S, la ciudad de Nueva York se planteó ‘copiar’ la Torre Picasso, alargarla, multiplicarla por dos y así volver a ocupar la Zona 0 de una manera más sofisticada sin perder un ápice de su espíritu original. No obstante, esta opción fue rechazada y se procedió a realizar el concurso que acabarían ganando Thomas Boada y David Childs con su Torre de la Libertad.

9. LA VENGANZA DEL ARQUITECTO COMUNISTA

El edificio de los Nuevos Ministerios tiene detrás una curiosa teoría sobre su forma. Según ésta, aunque su construcción e inauguración se llevara a cabo en tiempos de Franco, el edificio había sido proyectado durante la II República con el mismo objeto: servir como centro administrativo y ministerial. El responsable del proyecto original fue Secundino Zuazo, un arquitecto de ideología muy clara (no la ocultaba, fue creador de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética ) que en sus planos diseñó un gran complejo con la forma de hoz y martillo. Y claro, como nadie tras el cambio de régimen cayó en la cuenta de esta sutileza, una década después el Generalísimo se encontró haciendo glorias y alabanzas a una construcción con una simbología un tanto antagónica.

10. SOLO TRES CENTROS COMERCIALES

Una de las cosas más curiosas de esta vía es que apenas cuenta con tiendas ni escaparates. La vida discurre demasiado veloz por los bajos de las oficinas. Solo tres centros comerciales puros rompen esta dinámica. El primero es el más rescatable y más cuidado. Se trata de la vieja sede del ABC, entre Serrano y la Castellana, un espacio delicado de inspiración neomudéjar con guiños art Nouveau. Los demás, el ochentero Corte Inglés de AZCA y el inexplicable nuevo centro de Castellana 200.

11. PALACIOS ENTRE OFICINAS

A partir de la Plaza de Colón, el armonioso urbanismo de Prado y Recoletos se ve envuelto en un caos en el que se suceden palacetes y rascacielos de manera arbitraria. Estas villas recuerdan que, hace apenas un siglo, el mayor privilegio y síntoma de riqueza entre la nobleza era tener una casa en esta calle. Hoy, estas rarezas son más bien una sorpresa y hasta pierden algo de presencia al ser comparados con sus vecinos de aluminio. Palacetes como el de Moreno Benítez (número 64) , el de Eduardo Adcoh (número 37) o el ecléctico Palacio Bermejillo (sobre el puente de Eduardo Dato) son ejemplos de mansiones que han resistido a la modernización y que hoy se ven más bien como un pingüino en un garaje.

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